Se cumple el primer año del ataque brutal a la sede central de nuestra casa y seguimos reclamando justicia.

Toda la familia de la UTA recuerda con dolor esa tarde de violencia, saqueo, agresión, robo y destrucción. Y vuelve a repudiar la agresión que aún hoy, una banda de delincuentes continúa reivindicando. 

El daño que sufrieron nuestros compañeros sigue teniendo sus consecuencias. Además de todo lo destruido, las bestias dejaron un odio flotando entre los pasillos del edificio del Sindicato, que todavía se alcanza a sentir. 

Pero ya nos pusimos de pie, y estamos trabajando en la reconstrucción de todo lo que destruyeron.

Hoy más que nunca estamos convencidos de la necesidad de poder vivir con dignidad y en paz, algo que jamás podrán alcanzar quienes siguen promoviendo el caos y la brutalidad.

En nuestra memoria están las heridas producidas a todos los hombres y mujeres de bien que brindan a diario su esfuerzo en el servicio de transporte público, a manos de esos pocos victimarios que corren detrás de intereses personales que nada tienen que ver con la defensa del trabajador.  

Decimos con tristeza este 16 de diciembre quedó consagrado cono el “Día de la Traición”. Porque no solamente se traicionó a los compañeros: esa violencia irracional es una terrible traición a toda la sociedad que no merece que se permita que el odio siga suelto y lastimando a nuestra querida Patria.